Al término de la Revolución Mexicana (1910-1917) el universo de la modernidad se concretó en las grandes ciudades, símbolo de civilización para las sociedades rurales. En este contexto, Juan O ́Gorman realizó la obra mural Paisaje de Azcapotzalco (1926), en la que narra la conformación de la localidad, su historia y sus transformaciones en un código visual extenso, con imágenes reales-fantásticas de un mundo detenido en un tiempo y espacio precisos. Desde el campo de lo pictórico retrató el avance de aquella modernidad sobre el panorama rural, para lo que usó una composición de contraste que evidencia ambos tipos de paisaje; en su elaboración contó con el apoyo de su amigo Julio Castellanos, otro pintor destacado del siglo XX, y de Hermilio Jiménez como asistente.
Esta obra la realizó en su primera etapa como arquitecto y muralista, y la pensó conforme a los postulados del proyecto educativo impulsado por José Vasconcelos seis años antes, cuando se sumó a la difusión del muralismo en escuelas y bibliotecas públicas, con Plutarco Elías Calles(1924-1928) como presidente y con José Manuel Puig al frente de la SEP.